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Mirar más allá de nosotros mismos es cada vez más necesario para salir de la presuntuosidad y el individualismo que reina en la sociedad, y que potencian las redes sociales donde el culto al ego puede convertirse en un problema que va más allá de la ansiedad y la depresión.

¿Para qué vivir si no es para hacer el mundo menos difícil a los demás? George Eliot

La frase de Eliot alude a que encontramos nuestro mayor significado cuando nos entregamos a otros. Por ello, cuando buscamos significado a nuestras vidas, además de mirar en nuestro interior, hay que mirar hacia afuera, más allá de nosotros mismos, contribuir en la mejora del mundo. Pero esta mirada de dentro hacia afuera no se favorece en absoluto al darse la vuelta, constantemente, con el teléfono hacia el yo-me-mí-conmigo.

El mundo no es lo que nosotros decidimos. No somos tan maravillosos como se proyecta en las redes. El mundo contiene dolor y tarde temprano nos alcanza. El mundo es todo lo que nos rodea: lo bueno y lo malo. Querer quedarnos en un lado y resistirnos a lo que es, a lo que somos, solo provoca sufrimiento. El mundo es luz y oscuridad y nosotros también. Y ese es el mundo en el que tenemos que aprender a vivir. Con su frustración, su alegría, su dolor y su felicidad, salir a lo que hay más allá de nuestras pantallas, ser agradecidos, compasivos y generosos y  tender más la mano a los otros y constatar que eso nos da sentido porque es parte de nuestra verdadera esencia.

“Hoy cada vez más gente tiene los medios para vivir, pero no un sentido para el cuál vivir”. Viktor Frankl

La cooperación es parte de la naturaleza

Al pensar en ejemplos para mirar más allá de nosotros mismos me viene la bella imagen del pez gobio y el camarón pistola y lo que se conoce como relaciones de simbiosis, una relación entre dos especies diferentes que genera un beneficio mutuo y han permitido a muchas especies sobrevivir en pareja y evolucionar conjuntamente. Lo que podría ser una metáfora de lo  que en management conocemos como win win.

El camarón es ciego por lo que le resulta un tanto difícil desenvolverse por sí mismo a la hora de defenderse y buscar alimento. Por el contrario, el pez gobio posee muy buena visión y sus ojos se pueden mover independientemente en casi todas las direcciones, por lo que siempre puede localizar a posibles depredadore al acecho. Cuando establecen la relación, el camarón le ofrece al gobio un lugar donde refugiarse, excava la cueva y la mantiene limpia, libre de algas molestas y suciedad, y el gobio vigilante a cambio le da protección contra otros seres.

https://www.youtube.com/watch?v=C8yn50IMXqw

Empatía y solidaridad

En cuanto a los humanos, estamos diseñados biológica y socialmente para la empatía y la solidaridad. La adaptación más importante que desarrollaron nuestros antepasados ​​fue la capacidad de trabajar de forma cooperativa. Casi todas las estrategias de supervivencia, desde la caza y la vigilancia de los enemigos hasta la crianza, se volvieron más efectivas al hacerlas en grupo.

Todo apunta a que somos, en realidad, naturalmente cooperativos, altruistas y sociales. No nos vemos en la obligación de vivir socialmente, sino que lo hacemos porque este patrón nos beneficia para sobrevivir. Por ello hemos desarrollado áreas del cerebro que generan sensaciones de placer y de satisfacción a partir de la cooperación o de la amistad, aunque éstas impliquen sacrificios personales.

El comportamiento egoísta y no cooperativo está fuertemente asociado a la insatisfacción vital entre otras cosas.

Mirar más allá de nosotros mismos y cooperar favorece a las organizaciones

El progreso extraordinario que vivimos es fruto de personas que colaboran en el marco de las organizaciones donde ha sido y es indispensable la cooperación. La vemos en las complejas cadenas de suministro que vinculan a seres humanos de manera creciente, redes de organizaciones de investigación, escuelas…

Sabemos también que trabajar juntos en un grupo interdependiente no es fácil. Que hay organizaciones llenas de estrés, resignación, fatiga, o resentimientos. Una coordinación eficaz requiere de habilidades de comunicación, inteligencia emocional y otras nuevas capacidades que podemos cultivar para crear organizaciones más saludables y cooperativas con herramientas de coaching y mindfulness.

Mindfulness y la conexión con los demás

 La atención plena o mindfulness al enseñarnos a estar presentes en el momento, a ser conscientes de nuestros pensamientos y emociones y a adoptar una actitud de aceptación y no juicio hacia nosotros mismos y los demás, es una herramienta valiosa para abordar el déficit de atención organizacional, mejorar la toma de decisiones, promover la claridad y la alineación y cohesión en los equipos.

Al practicar la atención plena vemos más, sentimos más, estamos más presentes. Y es así, como podemos conectar y atender las necesidades de las personas y construir confianza.

Con la práctica de mindfulness cultivamos aceptación, lo cual no implica que te tenga que gustar todo lo que sucede o ser pasivo, sino aceptar lo que realmente es, lo que ha sucedido, aceptar la vulnerabilidad de los demás y actuar con conciencia. Esto nos libera de la esclavitud de tratar de evitar o de controlar algo que no podemos. Al soltar estas resistencias nos abrimos a confiar en nosotros mismos y en nuestras habilidades. Entonces podemos llevar esta confianza a las relaciones con los demás. Además, mindfulness también enseña cómo escuchar activamente y estar plenamente presentes con los miembros de nuestro equipo durante las conversaciones, entre otras cosas.

Aunque, como hemos visto, tendemos a solidarizarnos dentro del grupo, a mirar más allá de nuestros propios intereses e incluso a sacrificar el propio interés por el bien común y esto nos beneficia tanto personal como profesionalmente. A veces la inercia, la presión, el estrés, ir en piloto automático… nos impiden conectar con los demás.  Para ser sostenible es necesario conocerse profundamente. Y tal como está estructurada la sociedad y los objetivos que nos marcamos actualmente no se facilita este proceso de autoconocimiento, por lo que nos ayudaría recordarnos cada día que podemos ser ese pez o ese camarón, y que cuando miramos más allá de nosotros mismos somos capaces de lograr cosas extraordinarias.

 

Esther Fernández

Consultora- Coach experta en Mindfulness

Estrés, liderazgo y creatividad

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