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Seguramente sabéis qué es la zona de confort, ese espacio en el que nos sentimos protegidos y seguros. Pero, ¿sabemos cuándo estamos atrapados en ella?, ¿en qué nos está limitando la comodidad?

Con la entrada de la primavera me han surgido estas cuestiones.

Pensé que es bueno recordarse de vez en cuando la zona de confort porque a veces nos limita y no nos damos cuenta. Para crecer como personas es importante que nos cuestionemos dónde estamos con respecto a la comodidad, entre otras cosas.

En la figura podemos ver cómo salir  de esta zona y adentrarse en aquellas áreas desconocidas que nos permite ampliar nuestra experiencia vital.

Y ya que me cuestiono hoy este espacio tan acogedor, en el que me siento protegida y segura, que he construido con mis rutinas, hábitos y patrones de pensamiento, libros, plantas, sofá, música… escribo esto por si le aporta a alguien… Sobre todo para aquellos que queréis hacer algún cambio en vuestra vida.

¿Qué puede aportar salir de la zona de confort?

  • Crecimiento personal.
  • Nuevos hábitos más saludables (ejercicio, alimentación…).
  • Resiliencia para adaptarte a las situaciones que no está en tu mano cambiar.
  • Tolerancia a la frustracióncuando no consigas aquello por lo que has luchado.
  • Adquirir de nuevas habilidades.
  • Más riqueza cultural y social, y nueva visión sobre la vida, el entorno y las personas.
  • Creatividad e imaginación para solventar los momentos complicados o para crear nuevas aficiones.
  • Autoconfianza por haber superado tus barreras mentales.
  • Un estado de ánimo más alegre y vital.
  • Fortaleza para superar cualquier dificultad que se presente en la vida.

En fin, merece la pena ¿verdad?

A ver, yo no quiero salir continuamente de mi zona de confort. Ni obsesionarme con ello. Muchas veces la necesito para recuperar fuerzas en las catástrofes de la vida. Es el lugar donde me siento a gusto y me es familiar. Y seguramente a ti te pasa lo mismo.

Solo quiero asegurarme de que ese estado de aparente comodidad no se convierta en la excusa perfecta para no crecer, no arriesgarme y, en definitiva, no vivir la vida que quiero.

Solo aquellos que arriesgan ir demasiado lejos pueden encontrar lo lejos que pueden llegar , T.S. Eliot

Asegurarme de que sea cada vez más amplia, y salir y explorar, porque mantenerme siempre dentro de sus límites puede significar condenarme al anquilosamiento personal, a un “yo” que ya conozco. Quiero descubrir lo que soy capaz de lograr. Dicen que fuera de la zona de confort es donde sucede la magia. Y lo he constatado.

No puedes nadar a nuevos horizontes hasta que tienes el coraje de perder la vista de la costa, William Faulkner

Y ¿cómo puedo darme cuenta de dónde estoy? Creo que la respuesta pasa por cultivar la atención plena o mindfulness (reflexionaremos sobre esto en la siguiente entrada).

Y tú, ¿estás viviendo tus sueños? Si no es así es porque quizás tu confort tiene más control sobre ti que tú mismo. Esa sensación de seguridad y comodidad puede terminar convirtiéndose en una telaraña controlando tu vida, dictando tus decisiones sin que te des cuenta. Lo verdaderamente importante e imprescindible para el cambio es emprender los primeros pasos hacia el objetivo, salir de ese espacio implica retomar las riendas de tu vida y decidir tomando en consideración el sitio al que quieres llegar, no el sitio donde estás.

Además, es primavera, un buen momento para expandirse y cambiar.

 

Esther Fernández

Consultor-coach experta en Mindfulness

estrés y creatividad

 

 

 

 

 

 

 

 

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