Terminé el 2024 leyendo varios días en la orilla del mar, con gratitud por un amable sol de invierno y el sonido rítmico de las olas limpiando cualquier ruido interior. En ese espacio entre lo que se va y lo que está por llegar, entre las páginas de Dejar Ir: El Camino de la Entrega de David R. Hawkins, no pude evitar sentir que estaba exactamente donde debía estar, empezando un nuevo capítulo de mi vida con el aprendizaje de este libro como guía.
Hawkins plantea una verdad tan sencilla como transformadora: lo que cargamos emocionalmente pesa, y lo que soltamos nos libera. Sí, es obvio y lo sabemos pero ¿lo practicamos? Sus enseñanzas giran en torno a un proceso que invita a observar, aceptar y soltar emociones que nos atan a estados de sufrimiento. Al dejarlas ir, descubrimos una ligereza interior que nos conecta con niveles más elevados de conciencia.
Las claves de Dejar Ir
- El poder de la aceptación
Hawkins explica que luchar contra lo que sentimos nos encierra en un ciclo perpetuo de resistencia. En cambio, aceptar lo que hay —sin juicio, sin resistencia— disuelve el poder que esas emociones tienen sobre nosotros. - Las emociones como frecuencias
Cada emoción, desde la vergüenza hasta la paz, tiene una vibración energética. Las emociones de alta vibración como el amor, la gratitud y la compasión nos elevan, mientras que otras como el orgullo, el miedo o la ira nos anclan en estados de baja energía. Reconocer esta dinámica es el primer paso hacia la liberación. - La entrega como liberación
Hawkins nos invita a «entregar» lo que sentimos al momento presente, soltando la necesidad de controlar o resolver. Este acto no es resignación, sino confianza: dejar ir lo que no podemos cambiar para abrir espacio a lo nuevo.
Mi experiencia personal
Mientras leía en la orilla, recordé cuántas veces he quedado atrapada en la ira o el orgullo, sintiendo cómo mi energía se volvía pesada y mi perspectiva se oscurecía. En esos momentos, dejar ir parecía imposible, como si soltar significara perder algo esencial de mí misma. Pero con el tiempo, y gracias a la práctica del mindfulness, he aprendido que el acto de soltar no es un abandono, sino una elección consciente de aligerar la carga.
Hay algo mágico en permitirte sentir una emoción y luego observar cómo pierde fuerza cuando decides no alimentarla más. He experimentado de primera mano cómo la gratitud y el amor, esas emociones de vibración elevada, transforman no solo cómo me siento, sino cómo percibo mi entorno.
El mar, con su ir y venir constante, me recordó que la vida se trata de fluir, de permitir que lo viejo se retire para dejar espacio a lo nuevo. Este libro no es solo una lectura; es una práctica, una manera de mirar hacia dentro y empezar a soltar lo que ya no sirve.
Así que, ¿qué mejor propósito para este nuevo año que aprender a dejar ir? Cuando soltamos, hacemos espacio para lo que realmente importa: amor, conexión, propósito.
Y tú, ¿qué quieres soltar este 2025?
Te deseo todo lo mejor.
Si lo deseas, puedo acompañarte con programas a medida de coaching & mindfulness-