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El mundo está lleno de experiencias de personas exitosas para las que la edad, u otros factores , no han supuesto una limitación para cumplir sus sueños. Historias que nos inspiran y motivan a seguir su ejemplo: artistas, escritores, inventores, empresarios, deportistas, innovadores…

Hoy os traigo a Absolute beginners a una de mis principales referentes, un ejemplo de valores, una mujer inmensa: Marie Curie.

El título lo he centrado en su aprendizaje a nadar porque, como comenté en la entrada anterior, voy a ir contando logros a edades más avanzadas, pero en este caso, como en las grandes mentes de la historia, hay una lista increíble de conquistas para inspirarse. Sola en un mundo de hombres, armada de  perseverancia y voluntad, y una gran inteligencia, luchó sin descanso en un combate apasionado por lograr sus sueños, por la  ciencia, la verdad y por el bienestar de la humanidad.

“Es importante hacer un sueño de la vida y de la realidad de un sueño”. Marie Curie

Marie Curie nació en Polonia durante la segunda mitad del siglo XIX y se convirtió en la física más importante de la historia. A la edad de 24 años, emigró desde Polonia, donde las mujeres no podían estudiar una carrera, y se matriculó en la universidad más famosa de Francia, la Sorbona. Devoraba una asignatura tras otra, apenas comía y vivía en una buhardilla sin calefacción. Fue la primera de su promoción y al acabar conoció a su marido, el físico Pierre Curie, que también fue su pareja científica.

En julio de 1895, un año después de conocerse, Pierre y Marie Curie se casaron en París por lo civil; con el dinero que les regalaron en la boda compraron dos bicicletas y su luna de miel consistió en irse pedaleando por media Francia.

Su perseverancia la llevo a dar clases en la Sorbona y descubrir junto a su marido Pierre Curie algo que transformó para siempre la física y la medicina: la radiactividad.

 

“Debemos tener constancia y sobre todo confianza en nosotros mismos. Debemos creer que estamos dotados para algo”. Marie Curie

 

Marie Curie aprendió a nadar a los 50 años, después del nobel. Sus hijas le enseñaron. Cuentan que el entusiasmo de Curie fue tanto, que inició un entrenamiento para romper los récords del equipo de natación de la universidad donde practicaba. Y en esta fase, también aprendió a patinar y a esquiar. En sus últimos años dirigió el instituto Curie, un laboratorio para sus investigaciones sobre la radioactividad.

También fue una madre atenta y amorosa, se puso totalmente al servicio de los heridos durante la guerra, una deportista de buen nivel en una época en la que las mujeres lo eran poco, una mujer abierta al amor y que amaba la vida… Una mujer fascinante que os animo a seguir descubriendo.

“La vida no es fácil, para ninguno de nosotros. Pero… ¡qué importa! Hay que perseverar y, sobre todo, tener confianza en uno mismo. Hay que sentirse dotado para realizar alguna cosa y que esa cosa hay que alcanzarla, cueste lo que cueste”. Marie Curie

 

Quien decide si es tarde para alcanzar nuevas metas creativas, estudiar o descubrir nuevas aficiones eres tú.

Los límites nos apagan, nos enferman. Estudios realizados en los últimos años constatan que mantenerse siempre aprendiendo (un idioma, una habilidad desconocida…) es una medida preventiva para enfermedades cerebrales como el Alzheimer o el mal de Parkinson.

Que no te limiten con la edad ni con otras creencias. Cuestiona y busca en tu interior. Siempre podrás encontrar en el mundo referentes que, habiendo iniciado sus carreras en el ocaso de la vida, han logrado el éxito y reconocimiento al desarrollar sus dones y talentos.

Puedes elegir seguir el camino del entusiasmo por muchos argumentos que el miedo u otras limitaciones tengan.

Es tiempo de explorar tus dones y talentos para ir a su encuentro. Ahora estás a tiempo de empezar algo nuevo.

Y si quieres puedo acompañarte en el proceso.

 

Esther Fernández

Mindfulness & Coaching

 

 

 

 

 

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