La atención plena o mindfulness desempeña un papel esencial en el autocontrol emocional. Existe una habilidad llamada flexibilidad de respuesta o lo que es lo mismo, hacer una pausa antes de actuar. Con esta habilidad cuando experimentas un fuerte estímulo emocional, en lugar de reaccionar de inmediato como sería lo normal, por ejemplo, elevando la voz o diciendo o haciendo un gesto desagradable, te detienes un segundo y aprovechas esa pausa para decidir como quieres exactamente responder. Esta habilidad depende del desarrollo de una atención clara e inquebrantable, lo cual podemos desarrollar aplicando en nuestro día a día las técnicas que propone mindfulness.
“Entre el estímulo y respuesta hay un espacio. En ese espacio está nuestro poder para elegir una respuesta. En nuestra respuesta radica nuestro crecimiento y nuestra libertad.»
Viktor E. Frankl
Al practicar mindfulness puedes acceder a una mente más calmada y a este espacio de respuesta, a la libertad de escoger y no dejarte arrastrar por reacciones de las que luego te arrepientes.
La inteligencia emocional es un conjunto de habilidades emocionales y éstas pueden entrenarse. Esta afirmación se basa en un campo nuevo de la ciencia conocido como Neuroplasticidad. La idea es que todo aquello que pensamos, hacemos y observamos modifica la estructura y la función de nuestro cerebro. Como consecuencia, puede modificarse intencionalmente el cerebro mediante entrenamiento.
Además, esta atención clara y tranquila que nos conduce al autocontrol, también desemboca en más dimensiones de la inteligencia emocional. Recordemos las cinco dimensiones que componen la inteligencia emocional según Daniel Goleman:
- Conciencia de uno mismo: conocimientos de nuestros estados, preferencias, recursos e intuiciones internos.
- Regulación de uno mismo: control de nuestros estados, impulsos y recursos.
- Motivación: tendencias emocionales que guían o facilitan la consecución de objetivos.
- Empatía: reconocimiento de las emociones de los demás.
- Habilidades sociales: capacidad de inducir en las demás respuestas deseables.
En todas estas dimensiones de la inteligencia emocional la atención juega un papel clave. Evidentemente, no puedes gestionar tus emociones si no les prestas atención.
Existe una gran diferencia entre responder y reaccionar. Por ejemplo, puedes no reaccionar ante un insulto y responder de la mejor manera posible, y desde un punto de vista emocional, beneficioso tanto para ti como para la otra persona.
Así que si deseas conquistar esa pausa antes de reaccionar que te permite elegir tu mejor respuesta, puedes recurrir al mindfulness para entrenar tu mente. También te servirá para afrontar mejor esta nueva realidad o simplemente para ganar más calma y bienestar en tu día a día y reducir el estrés entre otras cosas.
Desde la calma puedes tener más conciencia de tus emociones y no dejarte arrastrar por ellas, pudiendo acceder a más equilibrio y no perder perspectiva en situaciones complicadas.
Entrenar la mente es algo muy necesario en el actual contexto cambiante e incierto. Recordemos a Charles Darwin : “No es el más fuerte de las especies el que sobrevive, tampoco es el más inteligente el que sobrevive. Es aquel que es más adaptable al cambio” si no tienes conciencia de ti mismo, si no eres capaz de controlar tus emociones estresantes ni tus reacciones, entonces no importa tanto lo inteligente que seas, no podrás llegar muy lejos…
Esther Fernández
Senior Consultant, Mindfulness & Coaching
Fuentes: Busca en tu interior (CHADE-MENG TAN)
Inteligencia emocional, Daniel Goleman