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La gente buena saca lo bueno de otras personas, del mismo modo que los líderes que actúan con bondad sacan lo mejor de su equipo, así como las empresas que actúan con bondad obtienen buenos resultados sin duda.

Como dice Antonio Marina, filósofo, ensayista y pedagogo, la bondad es el punto más elevado de la inteligencia.

En la gestión del día a día nos olvidamos muchas veces de los beneficios que puede suponer, y la transformación que puede lograr, aplicar la bondad en las organizaciones.

Los mejores líderes se preocupan para garantizar que su equipo de gestión se desempeñe con cohesión, como una unidad. Esto es clave.  La recompensa por hacer que un equipo funcione unido es real: los mejores equipos que trabajan juntos para lograr una visión común tienen 1.9 veces más probabilidades de ofrecer un rendimiento financiero superior a la media según un estudio.

Y para lidiar con el conflicto y los resultados de desunión y mal clima, es necesario una gran dosis de bondad

“La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas”, Sigmund Freud.

Para ello es importante tener entre los valores para reclutar talento ser buena persona, lo que se traduce en ser buen compañero.

Pero no solo la bondad beneficia a una organización, también beneficia a quien la cultiva.  Richard Davidson, doctor en Neuropsicología e investigador en neurociencia afectiva, afirma que la bondad es la base de un cerebro sano y se puede entrenar.

Con mindfulness o atención plena puedes cultivarla en tu mente con prácticas específicas.

Practicar la meditación de la bondad te ayuda a traer más armonía a tu contacto con los demás, reducir los conflictos, resolver dificultades existenciales y profundizar en las relaciones con la gente que convives o trabajas.

Asimismo, puedes aprender a apreciar mejor a los demás, concentrándote en sus cualidades positivas y haciendo menos caso a sus errores. Te puede ayudar a tener más empatía, a ser más considerado, amable y tolerante, a superar la ira y el resentimiento.

En la meditación de la bondad se formulan diversos deseos de manera explícita aspirando al bienestar de diferentes clases de seres. Traemos a la mente a estas categorías de seres y dirigimos hacia ellos pensamientos de bondad.

Práctica de la Meditación de la bondad: 5 ETAPAS

La práctica de esta meditación se práctica en las siguientes 5 etapas:

1ª: Bondad hacia uno mismo

2ª: Bondad hacia un amigo

3ª: Bondad hacia una persona neutral

4ª: Bondad hacia un enemigo

5ª: Bondad hacia todos los seres

 

Lo recomendable es elegir a cada una de las personas antes de comenzar la meditación para no destinar tiempo durante la misma en buscar.

Uno de los métodos que se utilizan en esta práctica y el que hemos elegido es utilizar frases del tipo:

“Que esté bien”

“Que sea feliz”

“Que esté libre de sufrimiento”

No hay un límite para las palabras o frases que puedes emplear.

Primera etapa: Bondad hacia uno mismo 

Difícilmente puedes sentir bondad hacia otros seres si no te sientes bien contigo mismo. Para ello primero hemos de cultivar respeto hacia nosotros mismos, ir soltando la costumbre de autocriticarnos y permitir que surja la realidad objetiva de la situación.

Sucede que ser amable contigo mismo es, a menudo, la parte más difícil, pero es muy importante practicarla con el fin de ayudarte con las emociones negativas que pueden obstaculizar la capacidad de generar ese amor compasivo hacia los demás.

Así que prestas atención a tu postura, a tu cuerpo y repites las frases que hemos citado anteriormente u otras a tu manera con deseos de bondad y bienestar:  Que yo esté bien…que sea feliz…que esté libre de sufrimiento…Al decir las frases, es importante que las sientas y que estés atento al efecto que tienen en ese momento. Por ello déjate el espacio suficiente para profundizar en la conciencia de tus sentimientos y emociones entre frase y frase.

Segunda etapa:

A partir de practicar la bondad hacia ti mismo, comienzas una secuencia de expansión que se inicia dirigiendo bondad hacia una amiga o amigo por el que ya sientes afecto. Lo que haces es fortalecer este afecto. De modo que vuelves a centrarte en tu respiración, en tu cuerpo y traes la imagen o el recuerdo de esta persona a tu conciencia y comienzas a generarle buenos deseos con las mismas frases: que estés bien, que seas feliz

Tercera etapa:

Continuamos expandiendo la bondad y ahora lo llevamos a una persona que nos resulta, de alguna manera, indiferente e intentamos reconocerla como lo que es, un ser humano igual que nosotros, y reconocemos en él que probablemente sufrimos por cosas muy parecidas y también que la alegría y el bienestar surgen de fuentes similares.  Así que escoges a alguien por el cual no sientas emociones positivas ni negativas. Podría ser alguien que ves con regularidad en la calle, en el autobús o en el metro, un vecino…y lo traes a tu conciencia y realizas la misma práctica de deseos bondadosos que en las anteriores etapas, tomando conciencia de tus emociones en cada momento.

Cuarta etapa: 

En esta etapa de la meditación traes deliberadamente a alguien con quien tienes algún conflicto y les deseas bien. Esta es la parte más complicada de la meditación, pero limpiar el resentimiento es necesario para cultivar bondad. Puede ser una persona con la que simplemente estas irritado, o puede haber un conflicto más arraigado, aunque si estás comenzando es mejor comenzar con un con una persona con la que tengas una dificultad más leve. Asimismo, le dedicas deseos de bienestar y felicidad como en los pasos anteriores, siempre atento a tus emociones y el efecto que tienen en tu cuerpo.

Quinta etapa

En la quinta y última etapa extiendes tus deseos de bondad hacia todos los seres humanos, hacia todos los animales de todas las especies, hacia todo el mundo… Y lo realizas del mismo modo: que todos los seres estén bien, que sean felices, que estén libres de sufrimiento…Y no olvides tomar conciencia de cómo te sientes en ese momento.

Te sugiero que practiques cada etapa durante un periodo de tiempo antes de pasar a la siguiente, por ejemplo, a partir 5 minutos con cada uno de ellos. Y recuerda que cualquier emoción que estés sintiendo, ya sea buena, mala o neutra, está bien.

La bondad es una de las emociones más grandes que puedes experimentar. Si practicas esta meditación con regularidad, te puede ayudar a cultivar una actitud positiva hacia ti mismo y hacia otros. Os animo a cultivarla y explorar sus efectos.

 

Esther Fernández

Consultora-Coach

Experta en MIndfulness

 

 

 

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