La atención es energía y pasamos mucho tiempo en piloto automático, o nos dejamos llevar por la inercia de las distracciones del mundo digital… dispersándonos.
La capacidad de desconectar la atención sobre una cosa y dirigirla hacia otra, así como mantenerla durante un tiempo es fundamental para tu bienestar, tu aprendizaje, tu desempeño profesional, para tus relaciones personales y profesionales, para tu salud mental…
Os invito a haceros estas preguntas:
¿Dónde pongo mi atención, en lo que depende de mí, o en lo que no?
Epicteto, filósofo griego de la escuela estoica, decía que lo importante es que tenemos que darnos cuenta de que existen determinadas circunstancias que no dependen de nosotros. Nosotros podemos elegir cómo actuar, pero no depende de nosotros la forma en la que lo harán los demás, por ejemplo. Tener esto claro y aceptarlo nos hace que no desperdiciemos energía con aquello que no podemos cambiar. .
Una forma visual que te puede ayudar a verlo es a través de la herramienta «Círculo de influencia Círculo de preocupación».
El círculo más cercano a ti, es tu Círculo de Influencia, es el círculo donde tú puedes hacer algo, tomar acción, decidir qué hacer y qué no hacer. Afuera, está el Círculo de Preocupación. Es donde se encuentran aquellos aspectos o aquellas circunstancias en las no puedes hacer prácticamente nada.
Cuando pones tu atención en el círculo de las preocupaciones, lo único que haces es dejar a los demás el control sobre tu vida, victimizarte, criticar a otras personas, echas la culpa a otros, echas balones fuera… y en definitiva tu energía depende de lo que hagan los demás.
¿Dónde pongo mi atención , en el problema o la solución?
Como dice Tony Robbins: “Identifica tus problemas, pero da tu poder y energía a las soluciones”.
Es importante que identifiques tu problema, saber qué ocurre o qué estás haciendo y no funciona, pero una vez que lo has hecho, llega el momento de poner tu energía en las solución.
Hay veces que se pierde excesiva energía en buscar culpables, por ejemplo.
Lo esencial es darle al problema la atención justa y necesaria y centrar tu energía en buscar una salida, una solución.
Estas son algunas preguntas que me han ido surgiendo al escribir. Seguro que puedes plantearte más. Lo importante es darte cuenta de donde está tu atención y traerla de vuelta a lo que te proporciona energía ignorando todo lo que te la resta.
«Por el momento, aquello a lo que prestamos atención, es la realidad» William James.
Afortunadamente, esta capacidad de prestar atención es una facultad que se puede entrenar y desarrollar, de la misma forma que se entrena y desarrolla un músculo, con práctica.
Entrenando la atención plena, puedes estimular la capacidad de concentración, relativizar los acontecimientos y resolverlos desde la calma y la distancia, así como mejorar tu capacidad para encontrar soluciones creativas a los problemas, entre otras cosas.
La práctica de mindfulness te enseña a estar más presente.
A mí me ayuda mucho centrar la atención en la respiración durante una meditación, ya que al tomar la decisión de centrarme en mi respiración ,momento a momento, durante un tiempo determinado implica que he de renunciar a todo lo demás. Y al tomar esa decisión, me doy cuenta de cómo mi mente se va al pasado, al futuro… y la tengo que traer de vuelta una y otra vez a la respiración. Y esto luego, de alguna manera, va impregnando mi día a día y así voy dándome cuenta de dónde estoy dirigiendo mi atención.
En cualquier caso, esto no es una cuestión de leerlo y creer que lo sabes. Incluso un curso de mindfulness no cambia nada si no te comprometes a entrenar tu atención y ser consciente de tu energía. Es una cuestión de práctica y de estilo de vida.
Esther Fernández
Consultora Coach Experta en Mindfulness
para liderazgo y estrés.