Un grupo de discípulos le preguntó una vez a su maestro Zen:
«¿Maestro, cómo funciona el lado negativo de nuestra mente?»
El maestro se retiró un momento y enseguida regresó con un gigante lienzo en blanco. En medio del lienzo había un pequeño punto negro.
«¿Qué ven en este lienzo?» preguntó el maestro a sus discípulos. Todos los discípulos respondieron: «Un pequeño punto negro».
El maestro dijo: «Así es como funciona la mente negativa. Ninguno de ustedes ve la enorme extensión blanca que lo rodea».
Los estudios científicos han confirmado que todos estamos integrados con un «sesgo de negatividad», una función evolutiva que una vez fue necesaria para nuestra supervivencia. Esto significa que nuestros cerebros se construyen con una mayor sensibilidad a las noticias desagradables y una tendencia a incorporar las experiencias negativas con más fuerza que las positivas. Como dice el Dr. Rick Hanson, neuropsicólogo y autor de Hardwiring Happiness :
«El cerebro es como velcro para las experiencias negativas, pero un teflon para las positivas».
La buena noticia es que puedes romper este sesgo. Los estudios han demostrado que la atención plena puede ayudar a reconectar el cerebro y aumentar nuestra capacidad de felicidad y bienestar. Por suerte, puedes cultivar el optimismo y la atención.
La atención plena es el arma más eficaz para ayudarte a darte cuenta de esta predisposición hacia lo negativo. Sólo cuando te vuelves consciente de tus pensamientos, por ejemplo, puedes asumir la responsabilidad del modo en que respondes a ellos, y encontrar formas nuevas y creativas de relacionarte con ellos.
Todos tenemos la capacidad de desarrollar la atención plena y conseguir una mente más feliz, pacífica y compasiva y la atención plena o mindfulness nos ayuda a cultivarla.
Esther Fernández
Consultora Coach experta en mindfulness
estrés, liderazgo y creatividad.