Vivimos en un mundo donde es importante la confianza y la seguridad en uno mismo, pero que deja a un lado la autocompasión. Tenemos un lado que está a nuestro favor. Nos alienta y nos apoya. Nos ayuda a luchar por lo que queremos y cree en lo que podemos lograr. Sin embargo, a menudo también hay una fuerza opuesta en cada uno de nosotros que puede ser nuestro peor enemigo. Nos critica, cuestiona y nos socava. Nos impide perseguir nuestros objetivos y nos castiga por nuestros errores. A esto se puede sumar la voz crítica de los demás hacia nosotros, desencadenando que seamos más críticos, si cabe, de una manera que no resulta beneficiosa para nuestro desarrollo personal.
¿Cómo podemos lidiar con esto?
Al fomentar la bondad, podemos evitar juzgarnos con esa dureza, y podemos volver a esta actitud bondadosa y compasiva en cualquier momento en que la vida no siga nuestro camino. “No siempre podemos obtener lo que queremos. No siempre podemos ser quienes queremos ser “, dice Kristin Neff. “Cuando esta realidad es negada o resistida, el sufrimiento surge en forma de estrés, frustración y autocrítica. Sin embargo, cuando esta realidad es aceptada con benevolencia, generamos emociones positivas de amabilidad y cuidado que nos ayudan a sobrellevar la situación “.
“Autocompasión es tratarte con la misma bondad, el mismo cuidado y preocupación que le demuestras a un ser querido”.Kristin Neff
Las investigaciones muestran que la autocompasión tiene muchos beneficios, que van desde menos pensamientos depresivos y más optimistas, mayor felicidad y satisfacción en general hasta mayores habilidades sociales y emocionales y mejoras en la salud física.
Específicamente, algunos efectos positivos observados por los estudios son:
- Reduce la ansiedad, la depresión y el estrés.
- Aumenta la motivación
- Fomenta comportamientos que mejoran la salud
- Aumenta la felicidad
- Mejora la imagen corporal
- Mayor sabiduría e inteligencia emocional
- Mejora la autoestima
- Mayor optimismo
- Fomenta la resiliencia
Con frecuencia se confunde autocompasión con debilidad, pero es completamente lo opuesto, dice la doctora Kristin Neff. “Cuando uno está en la trinchera, ¿quiere un enemigo o un aliado?”.
La autocompasión implica reconocer tu propio sufrimiento, faltas y errores y responder con amabilidad, cuidado y comprensión. Es hablarte y tratarte como si fueras un amigo. Es ver tus problemas y errores como parte de ser humano. Te animo a cultivarla con mindfulness.
Esther Fernández
Mindfulness & Coaching